Entre olvido y perdón, memoria
- No es país para viejos
- 11 may 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 may 2022
“Mis abuelos nunca me hablaron de la guerra civil porque me querían libre de odios”. Analizando bien la cita nos damos cuenta de que cada una de las ideas que preceden al "porque" se contradicen en rotundo con las que lo suceden. Sin embargo, podríamos entender que, durante los años posteriores a nuestra cruda postguerra, muchos españoles -algunos por miedo y otros por vencedores- pensaran de tal modo. Sin embargo, la cita sigue del siguiente modo: “…libre de odios como una mujer libre e independiente que mirase hacia delante”. A pesar de que bien podría haber sido extraída de los estatutos de la Sección Femenina de Falange, no es el caso. Es algo más actual.
Isabel Díaz Ayuso vertió semejante desfachatez el pasado febrero. La presidenta de la Comunidad de Madrid demostró una vez más lo cínica que puede llegar a ser nuestra desagradable clase política. Aunque, dejaremos a un lado la autoría de la frase para estudiar su contenido.
Es absurdo pensar de tal modo. Y estoy seguro de que muchos de los que ovacionaban fervientemente a la Sra. Ayuso tras aquel torpe discurso compartían bien poco de lo que allí se decía. Porque, parándonos un poco, lo justo -lo que, al parecer quien escribió tal cosa no pudo- a pensar, decir eso es como si un israelita dijera que sus abuelos jamás le hablaron del holocausto nazi para que fuera un judío libre e independiente. O como si un moscovita comentase que a él nunca le hablaron del genocidio estalinista para que mirase hacia delante. Con estas simples comparaciones nos damos cuenta de que, efectivamente, la cita es absurda.
La política parlamentaria son meros números. Matemáticas, cifras traducidas en escaños. Para que esas cifras sean reales los discursos deben atraer al votante. Discursos grotescos y sin alma que muchas veces no representan al electorado. Sin embargo, en este caso tan particular debemos asumir que la cita de la Sra. Ayuso sí es compartida por muchos españoles. Gente que cree que educar en el pasado para construir un mejor futuro es cosa de malvados rojos bolcheviques. Estudiar nuestra guerra, la dictadura, los años oscuros. Hacer ver a nuestras generaciones futuras que hace no mucho tiempo, España se parecía bien poco a lo que hoy conocemos. Eso es libertad.
Dudo que coger un libro sobre la guerra civil impida a nadie ser una mujer libre e independiente. Algo me hace pensar que, o bien quien escribe este tipo de discursos es un cínico, o bien que nuestros mediocres políticos son una panda de analfabetos. Para ellos coger un libro es algo así como hacer bien su trabajo, una labor lejos de sus intenciones. Son discursos peligrosos. Son sobre todo una falta de respeto a nuestros mayores. Encerrar sus vidas en un cajón bajo llave, olvidar lo que fueron y lo que construyeron. Borrar de nuestra memoria el hambre, la miseria, la lucha. Las caras arrugadas de quienes tanto dieron por nosotros. Eso, no nos da libertad ni independencia. Solo nos encierra en el olvido.

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