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Nunca es tarde

  • Foto del escritor: Verónica Navarro
    Verónica Navarro
  • 7 mar 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 17 abr 2022

Joaquín se levanta como de costumbre a las ocho de la mañana para ir a clase. ¿Que qué tiene de sorprendente que una persona madrugue para asistir a un aula? Joaquín es un jubilado y alumno de 84 años. Guadalupe, su mujer, falleció de cáncer de páncreas hace un año y poco tiempo después decidió apuntarse a cursos de lectura y tecnología impartidos por la Generalitat. Joaquín comenzó a asistir para no estancarse en una rutina vacía. Este es un caso concreto, sin embargo, cientos de mayores en la Comunitat Valenciana se ven beneficiados día a día de cursos de aprendizaje que estimulan sus capacidades y su actividad física. La finalidad es no caer en el sedentarismo que tanto acelera el deterioro físico y cognitivo de nuestros mayores.


Ana Muñoz, directora de la Universidad Senior en la Politécnica de València explica “Tratamos de formar al alumnado con el mejor profesorado especializado posible”, cuando le preguntamos por la impartición de los cursos. La directora nos cuenta que intentan abarcar las cinco ramas del conocimiento para poder dar a los mayores una educación completa de 360 grados. Además, “estos cursos no sólo son un apoyo académico, si no moral” cuenta emocionada, pues muchos de los participantes de estos cursos no acuden únicamente por el aprendizaje, si no por encontrar vías de escape a su dura realidad y nuevas ilusiones durante los últimos años de su vida.




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Imagen extraída de la plataforma Pixabay


María Ángeles Gil, docente de cerámica en la Universidad Popular, también imparte cursos para adultos y mayores. “Es precioso ver la unidad y amistad que se respira en clase. Impartimos las clases sin presión alguna, y los alumnos aprovechan las actividades para conocerse y contar anécdotas personales”. La profesora de la Universidad Popular nos ha confesado que ha contado con alumnas que viviendo en el Cabanyal de València, no llegaron a pisar el centro de la ciudad hasta que lo hicieron en una de las tantas actividades que se proponen. “Hay muchas mujeres que se pasan la vida trabajando en casa, entregadas a su familia, y se dan cuenta de que llevan toda la vida sin salir de su burbuja” relata María Ángeles Gil.

Desde las universidades, además de impartirse una docencia basada en el aprendizaje de una materia, también se proponen visitas guiadas y actividades lúdicas con el fin de fomentar la energía y ritmo diario de los mayores. Se les prestan oportunidades enriquecedoras que en otras situaciones no se les ofrecerían.



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Imagen extraída de Pixabay


Sin embargo, no todo es oro lo que reluce en lo que a estos cursos se refiere. Nuestro equipo también ha contactado con Paco Gómez, director del Centro Público de Educación para Adultos Antiga Panderola (Vila-real). Gómez nos relató tanto las luces como las sombras de estos cursos. Aunque la Covid-19 es un tema que nos empieza a resultar agotador, o hasta lejano para los que pecan de positivismo, ha dejado graves secuelas en todos los detalles cotidianos de nuestra actualidad. Las interacciones sociales han cambiado por completo. Los cursos para personas mayores han sido unos de los grandes afectados “de manera silenciosa” por la pandemia. No es de extrañar que con la llegada de la Covid-19 las clases se suspendiesen, o se viesen alteradas en el mejor de los casos.

La problemática viene cuando los alumnos de la escuela de mayores no tienen las mismas facilidades ni conocimiento que los nativos digitales, por lo que resultó muy complicado mantener la docencia online. En algunos casos, como en el que explica Paco Gómez tuvieron que suspenderse directamente, ya que “únicamente tuvimos dos solicitantes en todo un curso” confiesa el director.

De lo que no cabe duda, y en lo que coinciden los expertos en la materia, es que la Covid-19 ha concienciado a la sociedad sobre la existencia de la brecha digital, o “abismo digital” como lo denomina Paco Gómez. Es urgente facilitar a las personas mayores las herramientas óptimas para que puedan avanzar en este mundo tecnológico que nos acompaña, o en un futuro cercano pueden tener dificultades en cualquier cotidianidad como solicitar dinero en el banco. De hecho, esta es una problemática actual recién debatida en los medios de comunicación. Es urgente concienciar a nuestros mayores sobre la importancia de seguir aprendiendo, este es un mundo de cambios y no deben temerle a la novedad. La transición tecnológica puede ser muy enriquecedora. Desde los universidades y asociaciones para personas mayores, cuentan con los mejores profesionales para que les acompañen en su aprendizaje, pero sobre todo, en mejorar su calidad de vida.



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Imagen extraída de Pixabay


La docencia para adultos es la gran olvidada, pues la ciudadanía suele relacionar aprendizaje en las aulas con gente joven, con los institutos y universidades tradicionales. Paco Gómez, nos explica que la labor se lleva con gran ilusión, pero que falta inversión pública por parte del Gobierno. “Quizá, si el Estado invirtiese más recursos y tiempo en mejorar estos cursos, tendríamos mayor visibilidad” explica el director. Estos cursos podrían publicitarse en vallas, carteles, “flyers”, radio, prensa…Con el fin de que lleguen a su público objetivo, pues la mayoría están anunciados por internet, y muchos mayores ni si quiera cuentan con WI-FI en sus hogares.


Tras realizar las entrevistas a los expertos, hay algo que nuestro equipo pudo poner en común: el compromiso. Independientemente de que los números de participación hayan descendido, o que se requiere una mayor inversión económica, los alumnos mejoran su calidad de vida y actitud, y los tutores se sienten completamente comprometidos con sus alumnos. Adquieren una actitud más positiva y proactiva. “Nunca es tarde para apuntarse” nos comenta Joaquín, alumno, quien afirma que estos cursos le mantienen despierto y con mayor agilidad mental. “De alguna manera se te presenta una ilusión nueva, proyectos en grupos, o meramente relacionarte, cosa que solo en casa no haría”. El jubilado se siente inmensamente agradecimiento con los coordinadores de estos cursos, y finalizó su entrevista confesando que a él personalmente le ha cambiado la vida.




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Imagen extraída de Pixabay

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