Emergencia sanitaria en las residencias de ancianos
- Laura Martínez y Laura Muñoz
- 6 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 17 abr 2022
Las TCAE valencianas reivindican su trabajo durante la pandemia
“Somos grandes luchadoras y hemos estado hasta el último respiro ayudándolos y apoyándolos”, afirma emocionada Sara García, auxiliar de enfermería en la Residencia Verge de Gracia de Vila-real. Y continúa: “Pero también decir que por la falta de personal no hemos podido hacer todo lo que hemos querido”.

Según el IMSERSO, el 99% de las defunciones de personas por coronavirus en las residencias de la Comunitat Valenciana se ha registrado en centros de ancianos. Además, se ha registrado un total de 1938 muertes por covid-19 en las residencias de mayores desde el comienzo de la pandemia.
Existe un ratio de trabajadores por residente en España. No obstante, cada comunidad autónoma aplica unos requisitos diferentes aunque todos oscilan en un ratio de 0,25, es decir, en una persona de atención directa a jornada completa por cada 4 residentes. Tras analizar diferentes residencias de la Comunitat Valenciana podemos afirmar que dichos requerimientos se cumplen.
Por ejemplo, en la residencia Cap Blanc de Cullera están ingresados un total de 80 ancianos y trabajan 30 auxiliares de enfermería, tal y como ha confirmado Mireia Melià, trabajadora de la misma. Por otro lado, en la residencia Verge de Gràcia son 35 auxiliares los encargados de cuidar y pasar tiempo con 120 residentes.
El personal siempre ha sido suficiente, pero a raíz de la pandemia las Técnicas en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) aseguran que se encuentran en una situación insostenible, ya que desde sus respectivas empresas han decidido que sean las ya trabajadoras las que cubran los turnos de las compañeras con bajas. Un acontecimiento que ha sido muy recurrente en los últimos dos años.

Explican que se sienten cansadas y, además, las críticas a las residencias no ayudan. “Yo opino que tienes que estar dentro para ver lo que pasa y ya después puedes juzgar”, explica con impotencia García. Melià, García y Yeiza López, auxiliar de enfermería de la residencia Hermanas Hospitalarias de València, coinciden en que su trabajo es un derecho básico que todo el mundo debería tener en los últimos años de vida.
Además, expresan el rechazo de la población hacia su puesto de trabajo, ya que no obtiene el reconocimiento merecido. “La gente piensa que lo que hacemos es una chorrada, pero es una cosa básica que todo el mundo debe de tener. Todos merecemos a personas que nos ayuden cuando no podemos valernos por nosotros mismos”, sostienen.

A pesar de ello, las auxiliares afirman que una de las cosas por las que continúan luchando por su trabajo es por el cariño y agradecimiento que muestran los mismos residentes: “Todas las personas te agradecen siempre todo lo que haces por ellos en la residencia, somos una familia para todos” expone Yeiza López.
Actualmente, la residencia Hermanas Hospitalarias y la residencia Verge de Gràcia cuentan con una planta habilitada exclusivamente para personas contagiadas por coronavirus. La primera tiene más de 20 ancianos infectados y la segunda cuenta con un brote de 66 casos positivos, de los cuales hay 3 hospitalizados.
“Nosotros no solo limpiamos culos, le damos el cariño que se merecen”, manifiesta Sara García. El mundo de las personas mayores está muy apartado de la sociedad y “se tendría que hacer mucho hincapié porque al final son personas que han luchado mucho en esta vida para conseguir lo que tenemos a día de hoy”, concluye la auxiliar. La tercera edad es la gran olvidada en las sociedades tecnológicas.

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